June 1, 2025
Videojuegos

Coleccionar videojuegos: Tu guía entre la nostalgia, los precios locos y la cacería perfecta

Si alguna vez guardaste un cartucho de Super Nintendo solo porque “te daba pena tirarlo”, felicidades: ya estabas empezando a coleccionar. Hoy en día, esa nostalgia se ha convertido en una verdadera fiebre. Juegos que costaban 40 dólares en los 90 ahora se venden por cientos, incluso miles, si están en buen estado. Pero, ¿vale la pena meterse en este mundo? ¿Qué tan difícil es conseguir juegos bien conservados? ¿Y por qué en América se busca tanto la versión local en lugar de la japonesa o coreana?

Vamos por partes…

El precio de la nostalgia
No hay forma de esquivarlo: coleccionar videojuegos puede ser caro. Títulos como EarthBound, Little Samson o Rule of Rose se han disparado en valor. Esto se debe en parte a su rareza, pero también a la moda y a que muchos jugadores de los 80 y 90 ahora tienen poder adquisitivo para comprar lo que no pudieron tener de niños.

Lo bueno es que muchos ven estos juegos como una inversión. Hay quienes compran, conservan en buen estado y revenden por el doble o triple años después. Además, los precios altos a veces actúan como un filtro natural: quien paga cientos de dólares por un cartucho seguramente lo valora de verdad.

Pero también hay un lado oscuro. El mercado está cada vez más contaminado con reproducciones falsas, y no solo copias baratas. Muchas de estas falsificaciones están tan bien hechas que engañan incluso a coleccionistas con experiencia. Y lo peor: se están vendiendo a precios como si fueran originales. Cartuchos repro que no valen más de 15 dólares, se inflan hasta los 100 o más, simplemente porque vienen “bonitos” o con caja impresa. Esto ha erosionado la confianza y ha vuelto mucho más arriesgado comprar sin conocer a fondo lo que uno busca.

¿Con caja y manual? Suerte con eso
Si ya es complicado encontrar un juego específico, encontrarlo en buen estado puede volverse una odisea. Muchos juegos venían en cajas de cartón que no sobrevivieron el paso del tiempo. Las etiquetas se desgastan, los manuales se pierden y los discos se rayan.

El estado físico influye muchísimo en el precio. Un Final Fantasy VII de PlayStation puede valer 30 dólares suelto, pero si viene con caja, manual, disco en buen estado y hasta el insert original, el precio se triplica. Ni hablar de los juegos sellados: ahí entramos al terreno de los miles.

Por eso existen servicios como WATA o VGA que se encargan de evaluar y certificar el estado de un juego. Eso sí, una vez que entra en ese mundo “graded”, ya no es un juego que puedas disfrutar, sino una pieza de museo detrás de acrílico.

¿Y por qué no mejor importar la versión japonesa?
Es una pregunta lógica. Muchos juegos japoneses son más baratos, más fáciles de encontrar y hasta tienen portadas más llamativas. Pero en América, la mayoría de coleccionistas prefieren las versiones locales, y no es por capricho.

Primero, está el tema del idioma. Aunque algunos jugadores dominan el japonés o usan traducciones, la experiencia de tener el juego tal como lo jugaste de niño pesa más. Además, las consolas americanas no siempre son compatibles con juegos de otras regiones, al menos sin modificar algo.

También hay un factor de valor percibido. Las versiones japonesas, aunque atractivas, no suelen tener un gran valor de reventa, precisamente porque en Japón hay muchísima oferta, precios bajos y un flujo constante de copias. Muchos títulos japoneses, incluso los más emblemáticos, se venden por una fracción de lo que cuesta su versión americana. Y en el peor de los casos, también han sido blanco de las reproducciones, sobre todo en tiendas que revenden a Occidente sin verificar autenticidad.

Para el coleccionista norteamericano promedio, tener un Chrono Trigger japonés es interesante, pero no genera el mismo apego emocional —ni el mismo valor— que la edición que vio en las tiendas de su infancia.

Evitar falsificaciones: lo que todo coleccionista debería saber
Con el aumento de precios en el mercado retro, también aumentaron los intentos de engaño. Saber identificar una reproducción puede ahorrarte disgustos —y bastante dinero—. Aquí van algunos consejos prácticos que te pueden salvar:

Investiga antes de comprar. Busca fotos del juego original y compáralas con las del anuncio. Detalles como el tipo de tornillos, el brillo de las etiquetas o el diseño del PCB (circuito interno) pueden delatar una repro.

Desconfía de lo “demasiado bonito”. Muchos juegos reproducidos vienen con cajas nuevas y etiquetas recién impresas. Si ves un cartucho de 1991 que parece salido de fábrica, pregúntate por qué.

Pide fotos reales, no solo renders. Si compras online, asegúrate de ver fotos detalladas del artículo real. Vendedores honestos no tienen problema en mostrar imágenes claras, incluyendo el interior del cartucho si es necesario.

Ojo con eBay y AliExpress o páginas de poca experiencia. Al final de todo, esto es un negocio y cada cual quiere generar dinero de la nostalgia o el trend y aunque puedes encontrar buenas piezas ahí, también abundan las repros vendidas como originales. Siempre lee los comentarios, orientate con un coleccionista profesional y revisa el historial del vendedor o consulta en comunidades, foros como Reddit (r/gamecollecting) o grupos de Facebook especializados pueden ayudarte a verificar la autenticidad de un juego antes de comprarlo y en Gamevengers, Emge puede darte una mano.

¿Dónde comprar sin (tanto) riesgo?
Si estás empezando tu colección o buscando algo específico, hay varias plataformas y métodos que suelen ser más seguros que los marketplaces gigantescos. Aquí algunos recomendados:

eBay, Amazon, Facebook o MercadoLibre si estas en Latinoamérica (todos con precaución): Son los más populares, pero siempre verifica reputación, calificaciones y fotos. Si el precio es muy bajo o el vendedor es nuevo, piénsalo dos veces.

PriceCharting.com: No es una tienda, pero es excelente para verificar precios promedio de juegos según su estado (sueltos, con caja, completos, sellados). Te ayuda a saber si te están cobrando de más.

Lugares físicos de confianza: Tiendas retro locales suelen revisar los productos antes de venderlos. Además, puedes inspeccionar el juego tú mismo y preguntar directamente.

Convenciones y ferias retro: Un buen lugar para hacer tratos, intercambios o simplemente conversar con otros coleccionistas. Aunque hay que ir preparado: no todo lo que brilla es oro, pero sí hay más posibilidades de ver el producto de cerca.

Comunidades online especializadas: Sitios como r/GameSale, Discords de coleccionistas o grupos serios en Facebook permiten transacciones entre coleccionistas que entienden el valor real de los juegos y no suelen vender repros sin avisar.


Coleccionar videojuegos es tan emocionante como frustrante. Hay días en los que encuentras una joya olvidada por 5 dólares en una feria, y otros en los que sientes que todo está fuera de tu alcance. Pero para quienes aman esta cultura, el proceso forma parte del encanto.

No se trata solo de acumular objetos, sino de preservar una parte de la historia de los videojuegos y, de paso, reconectar con momentos únicos. Claro, hay que tener paciencia, algo de dinero y, cada vez más, un ojo muy entrenado para evitar copias falsas. Porque si algo tiene el coleccionismo, es que nunca sabes cuál será tu próxima gran cacería.

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